domingo, 15 de noviembre de 2009

El uso del "USTED" durante la comunicación en los Servicios de Oncología

El uso del "USTED" durante la comunicación en los Servicios de Oncología:

Entendemos desde nuestro punto de vista el uso del USTED como fórmula de cortesía, como un símbolo de respeto.
Cada vez más, se está convirtiendo en una forma de involuntaria y sutil agresión. El tú y el usted son dos pronombres personales con una importancia esencial en el diálogo:
o teóricamente, la de señalar la relación social entre los interlocutores;
o en la práctica cotidiana, la de desvelar indiscretamente la diferencia de edad.
Hubo un tiempo en que hasta los padres esperaban de sus hijos que les hablasen de tal forma. Y las señoritas, mayores o no. Y los profesores. Y el portero...

La del usted es una larga historia que comienza cuando el español "hereda el plural de respeto introducido en el latín hacia el siglo IV, primero para referirse al emperador, y extendido luego a otros personajes importantes", explicó Mauro Fernández, catedrático en la Universidad de A Coruña, en un congreso celebrado por el Instituto Cervantes de París sobre el tema.
Poco a poco se popularizó ese vos de cortesía utilizado en singular, que obligó al antiguo vos plural a convertirse en vosotros para diferenciarse de él.
Hacia mediados del siglo XV aparece una nueva modalidad, el vuestra merced, que, dos siglos después estaba ya contraída en el actual usted/ustedes como “única forma de respeto o distanda social".

Pero hoy, siglo XXI, el pronombre cortés parece languidecer, al menos en España. "Se está reduciendo su uso", corrobora Juan Luis Recio, sociólogo y asesor de comunicación. "Y eso, porque las relaciones son cada vez más informales.
Tiene que ver con:
o los estilos sociales actuales, en los que la división por clases se ha limado, más en los núcleos urbanos", añade.

De lo que no hay duda es de que el usted ha cambiado. "Creo que el componente edad en su uso es reciente", comenta Mauro Fernández. "Antes, edad y rango no eran categorías aisladas". En el pasado, el trato de usted era signo de respeto, de distancia social, y su aplicación a las personas mayores derivaba, sencillamente, de que, por el mero hecho de serlo se les presuponía tal categoría. Pero hoy, el pronombre ha perdido en buena medida su valor original, y se ha quedado, al menos en la calle, con el otro, el que antes era subsidiario: la fecha de nacimiento.
Todavía hay, claro está, contextos formales donde sigue utilizándose a la vieja usanza, "pero siempre que haya una gran diferencia de rango entre los interlocutores", apunta Juan Luis Recio. En tales casos, "siempre debe ser el de mayor autoridad quien rebaje el tratamiento", puntualiza.
Los manuales de buenas maneras recomiendan que, por defecto, se use el usted, con jóvenes y con adultos. Quizá sea un buen consejo, pero puede que no tengan en cuenta un matiz que está cobrando fuerza: a pie de calle, el usted habla sobre todo de los años cumplidos. Por eso, quizá haya quien se indigne o se entristezca, porque lo traten así. Son aquéllos a los que les cuesta reconocer la existenda de esa primera cana frente al espejo.
-La edad no tiene nada que ver en el uso del tuteo a pesar de que mucha gente así lo considera. Es una gran equivocación, demasiado grave además.
-El tuteo sólo ha de emplearse entre personas conocidas que así lo acuerdan (familiares, amigos, colegas, ...) o con los niños o jóvenes (menores de edad).
-Hay que tratar de usted a todas las personas mayores de edad que no digan explícitamente que se les puede tutear.
-Y sobre todo hay que recordar que la informalidad, tan empleada hoy en día en las relaciones sociales, está causando demasiadas veces, auténticos desastres, sobre todo en el mundo laboral.
¿qué opinais vosotros oncologos relacionados con pacientes? ¿tenemos que hablar de tú o de usted?
David Muñoz Carmona

1 comentario:

Peña Flamenca LA SOLEÁ dijo...

No soy oncólogo como bien sabeis, pero me parece que tratar de usted a una persona con un problema grave, que se acaba de sentar ante tí en una consulta, no casa lejenía sino respeto. La persona se siente valorada tanto en su enfermedad como en su persona. Después de varias consultas y una vez establecidos los lazos sentimentales, que indudablemente se producen, quizás el tutearse reconforte más al enfermo. Se siente más proximo a su médico.